Volcán Tacaná: Aventura y Biodiversidad
Conquista los paisajes espectaculares del Volcán Tacaná en una ruta que atraviesa manglares, cafetales y bosques nubosos. Ideal para amantes de la fotografía, observadores de aves y buscadores de experiencias profundas.
Quetzal, Pavón, Rosita’s Bunting, Garza Agami, Colorín pecho naranja y más.
Iniciamos nuestra travesía saliendo temprano desde Tuxtla Gutiérrez, en dirección al Soconusco. En el camino tomaremos una desviación especial hacia la carretera antigua que atraviesa la Reserva de La Sepultura, una zona poco transitada pero clave para avistar aves de la selva baja y decidua del Pacífico.
Aquí, con paciencia y la guía experta del equipo, buscaremos a dos joyas endémicas: el Rosita’s Bunting (Passerina rositae), conocido por su vibrante plumaje rosa-magenta, y el Colorín pecho naranja (Passerina leclancherii), una especie codiciada por los observadores.
Después, continuamos rumbo a la región costera para adentrarnos en el Sistema Lagunar de La Encrucijada, donde abordaremos una lancha para recorrer los canales entre los manglares rojos y negros. Nuestro objetivo: avistar a la Garza Agami (Agamia agami), una de las garzas más bellas y escurridizas del continente, además de martinetes, cormoranes, espátulas rosadas y cocodrilos en su hábitat natural.
Al final del día, llegamos a Tapachula, donde pasaremos la noche. Tiempo libre para cenar y descansar.
Después del desayuno, salimos hacia Unión Juárez, encantador pueblo enclavado en las faldas del Tacaná, a unos 1,300 m.s.n.m. Este día estará dedicado a los sentidos: haremos una cata de café de altura, de producción agroecológica, mientras conocemos el proceso del grano desde la planta hasta la taza.
Por la tarde, recorreremos los senderos rurales y cafetales aledaños, un corredor biológico entre selva y cultivo tradicional que alberga una gran diversidad de aves. Aquí podemos encontrar especies como el Trogón collarejo, el Motmot corona azul, tangaras, oropéndolas, búhos ferruginosos, y con suerte, incluso un quetzal en transición altitudinal.
Noche en Unión Juárez, bajo el cielo estrellado de la montaña.
Este será el día más emocionante. Al amanecer, comenzamos una caminata guiada rumbo a las faldas del imponente Volcán Tacaná, el segundo pico más alto de México con 4,100 m.s.n.m., aunque nuestro objetivo será explorar hasta los 2,500 m de altitud, donde se encuentra el corazón del bosque nuboso.
En esta zona, con niebla matinal, musgos y bromelias colgantes, iniciaremos la búsqueda de dos de las aves más emblemáticas de Mesoamérica: el Resplandeciente Quetzal (Pharomachrus mocinno), símbolo de la libertad para los pueblos antiguos, y el Pavón (Oreophasis derbianus), un crácido endémico de alta montaña, raro y amenazado.
A lo largo del ascenso también es posible avistar tángaras multicolores, colibríes, carpinteros, y rapaces como el Águila crestada. La flora no se queda atrás: encontraremos helechos arborescentes, orquídeas silvestres y líquenes.
Después de un día de exploración y observación, regresamos a Unión Juárez para pasar la noche.
Después del desayuno, emprendemos el regreso hacia Tuxtla Gutiérrez, disfrutando del cambio de paisajes desde la montaña hasta las llanuras del Istmo. En el camino haremos una parada opcional para comida típica en Tonalá o Arriaga.
Llegada estimada a Tuxtla por la tarde, cerrando una experiencia profunda, rica en biodiversidad, cultura y conexión con la naturaleza.